dimecres, 3 de febrer del 2010

El Villarato, segons Perarnau

No se enfaden y aplaudan el Villarato
Ni el inventor del Villarato cree en él, por más rentable que le resulte. Alfredo Relaño, director del diario ‘As’, es un excelente periodista y, además, un brillante adjetivador. No le costó mucho, en compañía del no menos excelente Julio César Iglesias, bautizar una magnífica hornada merengue como ‘La Quinta del Buitre’, acierto histórico. Años más tarde se sacó de la chistera la definición del Villarato, picante adjetivación de un fenómeno irreal como todas las teorías conspiranoicas que en el mundo han sido: basado en medias verdades, teñido de certidumbres incomprobables, tesis dudosas y la famosa prueba de cargo común a estas teorías: demuéstreme usted que es inocente aunque resulte imposible hacerlo. Fabulación devenida en confabulación.
Del mismo modo que se tiende a poner palabras allí donde falta talento, se tiende a culpar al enemigo exterior de las carencias internas, así que cuando el entrenador del equipo ni siquiera conoce a los canteranos a quienes convoca, más vale invocar alguna fantasmagórica confabulación externa para no sonrojarse hasta la urticaria. La matraca dura varios años y ha adquirido un vuelo que su inventor nunca imaginó. Felicidades por ello y por los miles de ejemplares vendidos, que le acercan al titubeante líder. La persistente campaña se ha cobrado ya, como en todas las guerras, una víctima que es la verdad, lo que no parece preocupar en demasía a las empresas editoras de periódicos. Alguien dejó escrito que el enemigo de la verdad no es la mentira, sino el mito y estos días lo comprobamos.
Pero no sólo la verdad ha sido abatida a balazos por los comuneros de la fabulación, sino que este mito del Villarato puede hacerle un daño irreparable al propio Real Madrid, de ahí que no acierto a entender el enfado barcelonista. ¡Deberían dar palmas! El Madrid ha aceptado ser el Barça del siglo XX, un Barça que vivió décadas emborrachado de victimismo del que sólo salió a mamporros gracias a Cruyff y que incluso a veces sufre la tentación de regresar a él. Menos mal que Rijkaard y Guardiola han sabido rechazar semejante tortura. Y ahora que el Barça ha conseguido emular el legendario espíritu competitivo del Madrid es el club blanco quien ha decidido, con su pasividad y falta de discurso, encadenarse al victimismo más simple para justificar sus desequilibrios y carencias o simplemente para evitar hacer autocrítica y no encajar con grandeza que su eterno rival camina por las nubes. El victimismo es un virus peligroso y el Madrid se lo ha inoculado hasta la médula con esta pamema del Villarato. En Barcelona deberían aplaudir con las orejas por semejante torpeza, no en vano está escrito que los problemas imaginarios son irresolubles.

Martí Perarnau, sport.es, 2/02/10

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1 comentaris:

Anonymous almogàvers ha dit...

I què me'n dieu del Platinato:

Tomás Guasch | 03/02/2010

Recordarán sin duda la tabarra que nos dieron después de la final azulgrana con el Manchester en Roma con la ocurrencia de Pep, que les puso una versión culé de Gladiator a sus jugadores. Fue un trabajado pero incompleto montaje: le faltó poner en el papel de Gladiator al árbitro noruego de Londres y a los pobrecitos del Chelsea rendidos a su paso cual cristianos ante los leones; unas víctimas sollozantes. Qué secuelas no dejaría aquel partido en Stamford Bridge que el pobre capitán Terry sigue sin levantar cabeza y buscando consuelo ajeno...

dimecres, 3 de febrer del 2010, a les 16:48:00 CET  

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