dimecres, 18 de juliol del 2007

Els tics de Fabián Ortiz

Hi ha un refrany espanyol que parla de:

"Ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio."

En això és especialista en Fabián Ortiz. Ara, ha detectat "perillosos tics" al president blaugrana Joan Laporta:

Hay frases que definen ciertas actitudes, que pintan mejor que cualquier retrato a la persona que las pronuncia, y ayer Joan Laporta deslizó varias, entre las que destaca una con brillo particular: "Ver en un mismo equipo a cuatro jugadores como Ronaldinho, Etoo, Messi y Henry es muy ilusionante". (...)
Peor sería, sin embargo, que quisiera jugar a entrenador y le esté mandando, de manera cifrada, un recado a Frank Rijkaard. Porque así empezó el declive del Real Madrid galáctico, cuando Florentino Pérez (una figura admirada por Laporta) se dejó llevar por la inercia triunfalista y pronunció lindezas como que David Beckham debía jugar siempre. Hace tiempo que Laporta muestra tics peligrosos, a veces de sus predecesores Núñez y Gaspart, ahora más próximos a las ensoñaciones megalómanas del ex presidente madridista. Pedir mano dura y postrarse a pies de los cracks no parecen ingredientes que liguen bien en esta salsa.

Fabián Ortiz, diari AS, 18/07/07

Doncs, posats a buscat tics, el Sr. Ortiz s'ho hauria de fer mirar, perquè nosaltres, tirant d'hemeroteca, li hem trobat un de preocupant: el "tic antibarcelonista":

Frank Rijkaard es una bellísima persona, pero eso no lo capacita para entrenar al Barcelona. Hay por ahí muchísimas buenas gentes que, sin embargo, no se sientan en el banquillo de uno de los grandes equipos de la Liga española; algunos, porque no reciben la oferta, pero la mayoría porque no cometerían la osadía de aceptarla. Rijkaard llegó el pasado verano con el escaso currículum de haber dirigido dos años a la selección de Holanda y haber descendido al Sparta Rotterdam en la Liga. Ese escaso historial le valió la confianza de Laporta, Rosell y Txiki, los tres máximos responsables de la política deportiva del Barça. […]
No es difícil conseguir la licencia de conducir, pero una cosa es sentarse al volante de un seiscientos y otra muy distinta que te den el control de un Ferrari (aunque resulta complicado comparar a este Barça con un bólido de primerísima línea).
[Fabián Ortiz, diari AS, 8/12/03]

La llegada de Belletti, Giuly y el anuncio de que Deco se vestirá de blaugrana dejan el mediocampo del Barça en estado de explosión demográfica. En esa zona vivían hasta ahora, y seguirán haciéndolo si no media una impensable diáspora de última hora, hombres como Xavi, Motta, Gerard y Ronaldinho, sin contar con los falsos delanteros tipo Luis García, Overmars y tal, que se dejan caer atrás cuando les aprietan los zapatos. Sin Kluivert, con quien no cuenta Rijkaard, y con Saviola en su permanente estado de desgracia, será Larsson el único hombre en punta de los nacidos para eso. El resto será un ejército de centrocampistas animosos, si bien nadie duda de la capacidad de un Ronaldinho o un Deco para pisar el área rival. Para ello tendrán que huir del atasco.
[Fabián Ortiz, diari AS, 28/06/04]

Larsson no es ningún chaval. Llega pronto a cumplir 33 años, una edad que a menudo marca el punto final para la carrera de un delantero de área. Y si bien es cierto que ha habido casos en la historia en los que la longevidad no estuvo reñida con la efectividad (viva la memoria de sir Stanley Matthews, que se retiró a los 50), el fútbol no regala ni un gramo de oxígeno a quienes sienten el peso del DNI. Larsson marcaba goles a porrillo, sí, pero en Escocia, y enrolado en uno de los dos únicos equipos medio serios de una Liga de... 12. El asunto no es para tomárselo a la chacota, sobre todo cuando en esta Eurocopa se ha visto claramente en qué condiciones físicas llegaban los cracks más castigados por el calendario (Raúl, Zidane, Totti y así). Jugar unos 40 partidos al año no es lo mismo que comerse 60, y menos cuando uno tiene cierta edad. La edad de Larsson, por ejemplo.
[Fabián Ortiz, diari AS, 9/01/05]

Como si en décadas no hubiera visto a ningún gran futbolista (y por el Camp Nou han pasado, entre muchos otros, tipos como Maradona, Schuster, Laudrup, Romário, Ronaldo y Rivaldo), el barcelonismo se ha volcado a una actividad entre onanista y tontorrona que consiste en adorar cualquier cosa que haga Ronaldinho Gaúcho. […]
Pero resulta que sale Ronaldinho en una entrevista publicada ayer en El Mundo Deportivo y dice: «Maradona, Gullit, Van Basten, Rijkaard, Romário, Ronaldo, Rivaldo... Ellos sí que pueden ser considerados cracks. Yo aún no lo soy». Más allá de su encomiable empeño por parecer modesto (y del peloteo a Rijkaard, su entrenador actual, incluyéndolo en una lista de grandes entre grandes), Ronaldinho dio por tierra así con la teoría de Laporta, de los palmeros, de los media y de cuantos se sumen a la murga. Para ser un crack hay que echarse un equipo a la espalda, ganar partidos por tu cuenta, sumar algún título incluso jugando en clubes que no son candidatos serios. Y para eso, a Ronaldinho le falta mucho.
[Fabián Ortiz, diari AS, 18/09/03]

[…] el Barça tomó otro camino, esta vez con destino al fracaso. No cabe calificar de otra manera esta primera caída en picado de la era Laporta. Aunque la mayoría de los palmeros que se apresuran a jalear cualquier cosa que haga el presidente pondrán paños calientes donde le hace pupa, el batacazo significa haber perdido el único título que le quedaba por ganar. Porque quien crea que este Barça puede pelearle la Liga al Real Madrid y al Valencia (aunque los culés parecen
ver sólo al archienemigo histórico, ninguneando a los de Rafa Benítez) va muy equivocado o cree que Heidi es la ministra de Exteriores. Este Barça está en paños menores. Sin Saviola ni
Kluivert queda a expensas de lo que invente Ronaldinho, y no todo el año es carnaval. Comparada con lo que sus rivales presentan en ataque, la oferta de Rijkaard resulta graciosa.
Ahora asistimos a la ceremonia del no pasa nada. Pero sí que pasa: el Barça se quedará seco. Y eso es un fracaso. A ver cómo lo maquillan los puntocom.
[Fabián Ortiz, Don Balón, 29/03/04]

Si Frank Rijkaard empieza la temporada 2004-05 con la misma empanada mental que fue el sello personal en su campaña de debut, el Barcelona se parecerá a los protagonistas de aquella simpática película de Luigi Comencini, basada en una obra de Julio Cortázar, titulada
Lingorgo - Una storia impossibile (traducida como El gran atasco). La trama del filme aprovechaba un inacabable embotellamiento de tránsito para narrar las peripecias de los diferentes arquetipos que componían la sociedad de la época.
[Fabián Ortiz, diari AS, 28/06/04]


Fèlix

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1 comentaris:

Anonymous Anònim ha dit...

Alguien podría decirme si este tio el Ortiz, es el pijo que sale con camisas chillonas en el programa del Arús?
Jose

dimecres, 18 de juliol del 2007, a les 20:27:00 CEST  

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