El pòquer de Tomás Roncero

Ara que ja hem començat a pair l’empatx de clàssics i a l’espera de la final de la Lliga de Campions, del proper dissabte 28 de maig, és moment de començar a fer balanç dels 4 darrers enfrontaments FC Barcelona – R. Madrid.
Per anar obrint boca, us deixem amb els vaticinis del sempre ‘clarivident’ Tomás Roncero, en el seu bloc, el 13 d’abril, uns dies abans de la primera batalla:

El poker blanco del clásico
Se acerca la hora. El corazón late más rápido. El móvil echa humo. Duermo menos por la ilusión que me tiene loco. Sólo pienso en la llegada de los cuatro grandes partidos del año. Deseo que se pite ya el saque inicial del sábado en el Bernabéu y del miércoles en Mestalla. El mundo entero está pendiente de los cuatro clásicos. Son los dos mejores equipos del planeta y nadie puede discutirlo. Vi el Manchester-Chelsea y no hay color. Ninguno de ellos se acerca a la suela de la bota de Madrid o Barça. Para mí el asunto está cogiendo un perfil muy madridista. Y la culpa es del Barça. Cuando dije tras el 5-0 del 29-N que Piqué había despertado a la Bestia con la exhibición burlona de la manita, pensé que Guardiola controlaría todo para que nadie más se pasase de listo y de prepotente.
Pero resulta que Pep, que es un grandísimo entrenador, ya no controla nada en un club que se ha descabezado hasta morir de éxito. La rajadita de Rosell con los del “ganaremos 5-0, como es la costumbre”, la campaña lamentable del autobús y los cinco internacionales con las manitas de marras (por cierto, valoro que Iniesta, Pedro y Piqué no estén en esa foto) y la chulería (falsa encima) de Víctor Valdés hablando de que los títulos del Madrid son en blanco y negro, no han hecho sino alimentar el orgullo de un equipo y una afición que va a poner las cosas en su sitio en estas tres semanas para la historia. Tú puedes jugar mejor que el Madrid, porque eso puede ocurrir y es coyuntural. Pero lo que no puedes hacer es perderle el respeto. El Madrid es patrimonio de la Humanidad Futbolística y se merece, como mínimo, el respeto que Guardiola sí sabe tenerle cada vez que habla de él. Pep fue víctima de los blancos durante muchos años y quizás por eso sabe que eso de reírse del eterno enemigo se puede pagar muy caro. La Bestia está ahí. Despierta y dispuesta para saltar sobre ese ogro azulgrana que ya muerde menos. Gana, cierto, pero sufriendo y por la mínima. Yo me veo en mis sueños celebrando la victoria este sábado, a Iker levantando la Copa ante el Rey en Valencia y eliminando el 3 de mayo al Barça en el Camp Nou, aspersores incluidos. ¿Por qué no? Esto el Madrid. Impossible is nothing…